miércoles, 9 de abril de 2014

Cuando su cuerpo cayó en la red, solo vi un borrón gris. La saqué de allí y comprobé que su mano era pequeña, pero cálida y entonces se puso de pie frente a mí, baja delgada y plana, sin nada destacable…,  salvo que saltó primero. La estirada saltó primero.

Ni siquiera yo hice eso.

Su mirada era tan severa, tan insistente.

Tan bella.

-Tobias Eaton


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