Antes de morir mi madre, tuve un amigo impresionante y bueno, no me apetecía hablar casi nunca, así que nos sentábamos a veces durante horas sin decir una palabra, y aquello me ayudó en serio, porque con tenerle a mi lado, estaba seguro de que todo iría bien, y al final, cuando la situación empeoró... no hizo otra cosa que cogerme de la mano.-Joey
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